Jesús Hernández: Los Magos De Hitler: Astrólogos y videntes al servicio del Tercer Reich. Editorial Melusina, 2015. ISBN: 978-84-15373-16-2
300 páginas. Encuadernación: Rústica.
Una de las primeras cosas que te preguntan en cualquier sitio cuando piensan que “sabes mucho” de la Segunda Guerra Mundial, es “si todo eso de los nazis y la magia es verdad”. Los rituales esotéricos, ceremonias de iniciación, juramentos entre antorchas, los anillos con calaveras, las misteriosas SS… Es el trasfondo de tantas novelitas y fumetti pulp tipo Ilsa la loba de las SS, y que para nuestra desgracia las películas de Indiana Jones han conseguido que se perpetúen en la cultura popular, cráneo de cristal incluido.
Y aunque a estas alturas del siglo XXI lo normal entre personas con algo de criterio es percibir todo esto como simple entretenimiento, un cachondeo más bien camp, sigue habiendo revistas, libros y autores que tratan estos temas como si fueran serios, como si detrás hubiera un trasfondo o “algo” de verdad.
Este no es el caso. Hernández trata de forma seria un tema de apariencia frívola, y lejos del sensacionalismo que tan rentable resulta a tantos charlatanes. Muestra la realidad de los llamados “magos de Hitler”, astrólogos y sicofantes varios que se aprovecharon de la credulidad de los políticos de esta época, o al menos lo intentaron. Una colección más de ilusos que de hábiles estafadores, pues muchos creían en «su» arte.
Esto sucedía en una época no demasiado lejana en la que la creencia en pseudociencias como la astrología estaba mucho más extendida. O eso creíamos hasta no hace mucho.
Y es que, como decía Machado, siempre hay un ascua de veras en su incendio de teatro. Schulte-Strathaus y otros astrólogos conocidos de Hess sufrieron la llamada Aktion Hess, la persecución sobre videntes y taumaturgos varios que pudieran haber sido consultados por quien habia sido lugarteniente del Führer, y a los que se responsabilizó del estúpido vuelo del jerarca nazi a Gran Bretaña en mayo de 1941.
Y es que mientras Hitler se mostró siempre bastante escéptico en esta materia, Himmler siguió teniendo fe hasta el final en este tipo de creencias. Aunque en su descargo habría que apuntar que buscaba sobre todo las que tuvieran más apariencia científica, como la radioestesia.
Magos como Hanussen, o astrólogos como Wulff desfilan por estas páginas en una narración no por trepidante menos rigurosa. Y es que desmitificar no es sinónimo de decepcionar, todo lo contrario. Es un primer paso hacia un nivel superior de conocimientos, una nueva dimensión que no nos otorgan ni los astros, ni las Fuerzas Telúricas del Universo.
En resumen, puede que no sea justo lo que te gustaría leer sobre los magos del Tercer Reich; pero sí lo que es cierto, sin inventos o fantasías.